martes, 16 de agosto de 2011

Girls, posible realidad

Todos poseemos habilidades, características, creencias, rasgos y demás sinónimos que nos hacen únicos respecto a los demás. Todos nosotros somos iguales, y a la vez distintos. Pero, ¿de qué manera podemos averiguar hasta donde llegaría nuestro instinto más básico, la supervivencia, tras ver las diferencias respecto a los demás? Esta podría ser una buena introducción para un cómic muy interesante que he estado leyendo estos últimos días: Girls, de los hermanos Luna.

Pues bien, si sigues pensando que nada te podría hacer cambiar de opinión hacia lo que piensas de los demás, que nada en este mundo te haría pensar de repente que quien tienes delante se puede convertir en una amenaza, ponte delante de un espejo. Ante ti tienes a la persona más pura de corazón que haya podido conocer, aún sin poder saber quien eres. Si realmente eres esa persona, por tu bien tanto de ahora como de tu futuro, deja de leer este texto en forma de crítica. Porque si sigues la lectura, esa persona ante ti, puede llegar a cambiar. Y créeme, sabiendo como soy y por lo que he pasado, no te gustarán los cambios.

Así que sigamos con esta humilde opinión. Siento que de vez en cuando podemos descubrir algo insólito, algo poco conocido, algo que no ha tenido un éxito arrollador. Pero aún así, ese algo se merece que detengamos nuestro andar en el camino del conocimiento para descubrir un nuevo mensaje de la vida. El argumento de este cómic es bastante simple. Un pequeño pueblo americano sufre de la noche a la mañana una llegada de una nave con forma de espermatozoide con una chica extremadamente guapa en su interior. Si la chica consigue copular con un hombre, cría huevos de donde salen más chicas como ella, idénticas en todo. Y mientras los hombres son objetivos para la fecundación de esta raza extraterrestre, las mujeres representan una amenaza que estos seres desean exterminar. Mientras tanto, dicho pueblo permanece aislado del resto del mundo por un campo de fuerza esférica formado por la “nave”.

Poco más os quiero contar, pues si lo hiciera, perdería la gracia el argumento de la historia, en el caso de que un día llegaseis a leerlo. Solo decir que vais a encontrar a alguien con quien identificaros, gracias a las múltiples personalidades de la gente que habita el pueblo, la chica que va de paso, el policía conservador y protector de la rutina, el marido resignado, la anciana madre permisiva, los adolescentes preocupados sólo de sí mismos…

Los hay a patadas, y cada uno tiene su historia. Si bien es cierto que hay un protagonista que destaca sobre el resto, la historia no se centra solo en él, sino en todos y cada uno. Pues, como antes he mencionado, de la noche a la mañana, toda la gente acaba con los papeles que representó hasta la fecha y con los lazos que les unían o no con sus vecinos para perseguir un solo objetivo: sobrevivir, a cualquier precio. Aunque ello equivalga a tener que abandonar a tus seres queridos, sacar a la luz tus instintos más salvajes y básicos, o incluso, tener que matar a los que te rodean. Todo por una razón, sobrevivir.

Con esto quiero decir que, si eres como yo, y tras haber leído el cómic y leer esto, no te asomas a la ventana sin sentir miedo ante lo que pueda pasar si esto “pasara”, es que eres alguien que ha visto en su reflejo a “ese alguien” con corazón puro, y a pesar de ignorar mi sugerencia y leer Girls, sigues igual. Eso no es que tengas un corazón puro, es que además tienes una resistencia de hierro. Puede que algunos me digáis: . Entonces solo os quiero decir que lo mismo dijeron ante la afirmación de que la Tierra no acababa al borde del abismo, o lo que se decían a sí mismos los chilenos que se estrellaron en los Andes y se comieron entre ellos. ¿Quién dice que esto no podría pasar alguna vez? Nadie lo dice, o todos incluso, pero algo es cierto: imposible no es. Y te digo una cosa querido amigo. Yo me asomo por la ventana, y siento miedo. No por lo que podrían hacer los demás, sino miedo por lo que yo pudiese hacer si llegase un momento así. Y, sinceramente, prefiero que ese momento no llegue jamás.

Y no, no es solo que las tías vayan desnudas lo único atrayente de esta obra, malpensados.

sábado, 6 de agosto de 2011

Abandonado (aunque encontrando el camino de vuelta)

Así es como está mi blog en los últimos tiempos. Algo que no se puede tolerar. Así que habrá que subsanarlo de alguna forma, ¿no? Pues eso, al ajo.

Hace unos días que acabé una labor magistral. ¿No te pasa a veces que te preguntas si tienes X banda sonora o Y película? Pues eso se acabó, y no, no me he comprado algo de la teletienda que lo vendan de esta forma. Al fin he comprendido los entresijos del Excel (o al menos me he presentado de una forma cordial con él) y he conseguido elaborar mi base de datos de bandas sonoras. El estar tantos años tras este maravilloso mundo ha provocado que mi colección creciese de tal forma que no supiese con exactitud la posesión de uno u otro título. Y eso tenía que arreglarse. Pero al fin se acabó, ya es una labor menos que realizar en este aburrido y a la par maravilloso verano.

También ha sido verano de estrenos cinematográficos. Una saga que para mi empezó cuando acababa mi paso por la escuela y comenzaba la de los institutos (los por los tres [2 oficiales y una escuela] a los que fui) y otra que empezó con Tony Stark hará unos pocos años. Me explico.



Como primera opción, hablaré de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte II). Un film que ha supuesto el fin de las aventuras que, como he dicho, dieron comienzo a mi adolescencia, y prácticamente le han dado fin acompañándolas brevemente en mi juventud. Es una saga tanto literaria, cinematográfica como sonora que recomiendo a todo el que aprecie unas buenas piezas de entretenimiento (para los exquisitos) o buen rato (para los entusiastas). La vida y la muerte, el bien y el mal, la luz y la oscuridad... Son solo algunos de los matices que se dan cita en las obras de Joanne Kathleen Rowling, que ha pasado de ser una mujer a punto de la desesperación y muerte de su alma ante las adversidades en las que vivía, a una de las mujeres más ricas de Inglaterra y de las más famosas en todo el mundo.

Estos días he podido comprobar y poner a prueba el verdadero cariño y amor que he tenido por esta saga de jóvenes magos. No es solo 7 libros y 8 películas (con sus respectivas bandas sonoras) con las que haya crecido y me haya forjado como persona. He descubierto que gracias a ellos he cosechado mucho más. Desde nuevas amistades (que grande serás siempre Víctor, que te tengo siempre en mi corazón), discusiones tan interesantes como absurdas sobre los diversos mundos y teorías de la saga, como el descubrimiento de grandes artistas del séptimo arte que han colaborado en dar vida a los personajes y mundos, como la nostalgia de saber que no habrá más (al menos no de forma oficial).

Todo ello se refleja, o al menos espero haberlo hecho, en el último programa que he hecho en las ondas de CUAC FM. BSO tuvo que volver a las ondas para no dejar el sabor agridulce de despedirse con la saga Crepúsculo. Y creo que algo como Harry Potter ha demostrado la valía que se puede dar en un programa de radio que no se prepara con esa herramienta que tenemos arriba, nuestra mente, sino que se locuta y se produce para una audiencia invisible con la herramienta que tenemos en el interior de nuestro pecho, la más importante en nuestra vida, nuestro pequeño pero destacable corazón.


Y luego, os iba a hablar de Capitán América, el Primer Vengador. Pero me parece que la emoción que he sentido viendo la película o incluso el gustazo que he tenido viendo detalles o guiños curiosos han sido más que reflejados por mi compañera de redacción Mª Dolores Clemente en su última crítica. Y con esto me despido por hoy. Buen fin de semana a los que me leáis en las próximas horas, o allá donde estés y cuando quiera que me leas, disfruta de la vida, se feliz, y ante todo, llama a un amigo perdido para que encuentre su camino.

martes, 2 de agosto de 2011

La cuenta atrás

Son pocas las semanas para que todo se decida. El fin de una era, la llegada del clímax de la película de esta intérprete que llamamos "vida". En septiembre habré pasado (espero) una de las mejores semanas del año, aunque aún es pronto para saber como irá; en ese mes dará comienzo la decisión de las prácticas; en ese mes podré saber que futuro más o menos tendré orientado y en mente realizar medio año después; etc.

Quien sabe, incluso puede que curre de una forma mejor y más cómoda y viva la vida loca. Y lo peor es que esperar tres semanas para que esos efectos empiecen a descubrirse me fastidia. El ansia crece cada día, y mis pies no soportan demasiado peso. Al menos siempre me quedará Hollywood y su cine...