jueves, 14 de julio de 2011

El 2D




Muchos son los que alaban el nuevo formato en cine. Que si el 3D esto, que si el 3D aquello. Yo empecé a ver el 3D en el cine por primera vez allá como casi hace ya 10 años, cuando se estrenaba Spy Kids 3-D, Game Over. Decepción, pero al menos, era algo innovador el ver así en la pantalla.

Hoy día, de vez en cuando, bien sea por resignación, segundas oportunidades o porque sencillamente el único pase a la vista es el del 3D, intento dar una oportunidad a un film que "dice estar" en 3D. Probé con Avatar, Gulliver y algunas más. Pero hasta ahora, a excepción de Avatar (y no, no digo que se salve, el 3D podría dar mucho más), los 3D que he visto han sido casi idénticos al de hace 10 años con el film de Robert Rodriguez. Si se supone que avanzamos en nuestra tecnología audiovisual, ¿por qué coño hacemos basuras que empeoramos cuando decimos "vamos a ponerla en 3D"?

Por eso me siento como un niño con un juguete nuevo cuando, dos días antes del estreno de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 2, consigo entradas para el día del estreno, en una hora conflictiva, en asientos donde me gusta sentarme (conflictivos), todo gracias a que cuando le pregunto a la taquillera por si aún quedan entradas, me responde:

- Si es para verla en 2D, nos quedan muchísimas.

Así que mi respuesta a la Warner (que se encarga de la producción ejecutiva del film) y a tantas otras es:

"Dejad de hacer las cosas basura que empeoráis poniendo un falso 3D, o tirando por los suelos grandes obras con dicha "tecnología". Cuando hagáis alguna innovación decente, avisadme. Mientras, seguiré acostándome con mi amante que nunca falla, el 2D."